¿Vas a vender y dudas? ¿Tienes claro que quieres ahorrarte el gasto de una comisión? Analiza los siguientes argumentos que te ayudarán a encontrar la respuesta.
¿Sabes realmente cuánto debes o puedes pedir por tu casa? Tus propias necesidades económicas, factores emocionales, arreglos, detalles e incluso lujos que aportaste a lo largo de los años tienen un valor muy importante para ti. ¿Serán los mismos para quien quiere comprar?
Un profesional inmobiliario realiza muchas gestiones, indagaciones, cálculos, cuestiones legales y contables que determinarán un auténtico valor comercial para que tu propiedad sea considerada por los posibles clientes potenciales y no te quedes fuera de mercado con el letrero “se vende” durante un tiempo indefinido. Esto sin mencionar la mayor y mejor difusión que puede hacerse de promoción cuando se trabaja con y entre empresas.
¿Permitirías a cualquiera entrar en tu casa solo porque hay un letrero de “particular a particular”? ¿Has pensado en las medidas de seguridad que te protejan ante cualquier extraño que dice “querer comprar”?
Si bien es cierto que en el mundo que vivimos nadie tiene la llave de la seguridad al 100%, es mucho más seguro que el letrero de “se vende” sea de una empresa; ya que éstas tienen mecanismos para filtrar las llamadas antes de concretar una cita.
¿Conoces toda la documentación y trámites que conllevan la venta de una propiedad? Un profesional inmobiliario gestiona la revisión de cada documento y conoce cuestiones jurídicas, legales e impositivas que agilizan el proceso y pueden ayudarte a pagar menos impuestos dentro de una absoluta legalidad, evitando también posibles fraudes que sin intermediarios profesionales es posible que sucedan.
¿Sabes por qué se puede entender la “comisión” del profesional inmobiliario como una inversión y no como un gasto? Si las razones anteriores no te convencieron, piensa que la mediación de un profesional es imparcial y que solo puede argumentar con la razón y no con el corazón. Cualquier oferta que un cliente haga por debajo del precio estipulado sabe que nadie le puede dar una respuesta inmediata ni le pueden convencer, ya que “solo es un intermediario” que tendrá que lograr una mejor, la óptima, negociación para obtener el mejor resultado para el cliente. En este caso, TÚ.