¿Cuántas veces una palabra utilizada de forma inadecuada o en un momento inoportuno puede perjudicar una operación inmobiliaria?
Cada vez que un profesional muestra una propiedad se encuentra no solo con una casa, departamento, oficina, terreno… per sé; sino que el objeto en sí está cargado de un subjetivismo que debemos comprender si queremos ser efectivos en la transacción.
Reconocer o no los defectos de la propiedad, proponer o no ideas de promoción, destacar cuestiones sentimentales, históricas y de cualquier otra índole pueden marcar la diferencia entre ser considerada una buena opción o desecharla por completo.
De ahí que recordemos tres cuestiones de la Programación Neurolingüística que nos podría ayudar a relacionarnos mejor con nuestros potenciales clientes.
1.- Identifiquemos y comprendamos las necesidades de los involucrados en la propiedad.
2.- No juzguemos por las apariencias del lugar y seamos sutiles para recomendar ideas que aceleren el proceso de comercialización.
3.- Respetemos los comentarios de quienes creen saberlo todo y aportemos, con datos certeros, opiniones que acerquen posiciones en lugar de distanciarlas.
En nuestro equipo de trabajo encontrarás conocimiento, empatía y profesionalismo para que tu propiedad sea comercializada de la mejor manera o que, siendo este tu caso, te dirijamos más directamente a ese inmueble que estás buscando.